Se trata de la tecnología más simple que existe para captar energía útil. En realidad, cualquiera puede construirse en su casa un colector solar, con un poco de tiempo y habilidad.
El agua fría entra en el panel colector reemplazando al agua calentada, que pasa a un depósito y de ahí a los grifos.
Los colectores solares térmicos producen agua caliente a diversas temperaturas para uso de viviendas o edificios públicos.
Las mayores instalaciones abastecen a fábricas o a instalaciones municipales, mientras que un colector de dos o tres metros cuadrados puede proporcionar más de la mitad del agua caliente que necesita una familia.
La versión más básica de una instalación solar térmica consiste en un panel bien aislado por donde circula el agua a calentar, y un depósito donde almacenar el agua ya caliente. Otras versiones más sofisticadas emplean concentradores de la energía solar (como tubos de vacío) para elevar la temperatura del agua.
Una instalación típica proporciona agua caliente de sobra durante más o menos la mitad del año, y un porcentaje significativo de la necesaria en los meses de invierno. De esta forma, la factura del gas natural o el gasóleo se reduce a un tercio de lo habitual.
Incluir las instalaciones de energía solar térmica en los edificios de nueva construcción.
Enlaces de interésPlataforma Solar de Almería.
Centro Europeo de Ensayos de Energía Solar.
Centro de Estudios de la Energía Solar.
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