La respuesta de la industria a la creciente demanda de electricidad consiste principalmente en poner en marcha centrales de ciclo combinado, más eficientes y menos contaminantes que las convencionales.
El proceso de fabricación de electricidad en una central de ciclo combinado es más complejo que el de las convencionales.
El ciclo combinado a base de gas natural es una manera de producir electricidad que crece en popularidad. Su principal ventaja es un impacto reducido por kWh producido, en comparación con los otros tipos de centrales térmicas convencionales. Su impacto sobre el medio ambiente, no obstante, es mucho mayor que el provocado por las centrales eólicas, hidráulicas o fotovoltaicas.
Su alto rendimiento se consigue gracias a que el combustible se utiliza dos veces para generar electricidad en sendas turbinas; una movida directamente por el gas quemado y otra por el vapor generado en el proceso anterior. Sofisticados procesos de control de las operaciones también contribuyen a mejorar la eficiencia del proceso.
Su impacto relativamente reducido hace que las centrales de gas puedan instalarse casi en cualquier lugar, sin las estrechas limitaciones de las instalaciones a base de carbón, fuel o combustible nuclear. Pero eso no las libra de la contestación ciudadana, como ocurre hoy con el proyecto de construcción de varias centrales de este tipo en el sureste de la Comunidad de Madrid.
Producir electricidad en centrales de gas de ciclo combinado puede verse como una solución de transición en el camino hacia una cesta energética sostenible.
Enlaces de interésBahía de Bizkaia.
Central de gas de ciclo combinado en el Puerto Exterior de Bilbao.
Central de Gas de Ciclo Combinado de Puertollano.
Utiliza gas natural y también carbón gasificado. Incluye una visita virtual de la central.