El gran problema de estas instalaciones es la heterogeneidad del material combustible que utilizan, que tras ser incinerado supone un riesgo de producción de compuestos tóxicos.
La selección de los residuos a quemar es una parte importante de la operación de las plantas incineradoras.
Las centrales eléctricas a base de residuos son más complejas de operar que las convencionales, pues los gases de la combustión deben pasar por varios filtros para reducir o eliminar su posible toxicidad. También es necesario disponer con especial precaución de las cenizas que se quedan como residuo sólido.
Cataluña es la comunidad con más concentración de este tipo de instalaciones. Sólo hay unas pocas incineradoras con potencia superior a los 10 MW: en Palma de Mallorca, Zabalgarbi en Vizcaya, Valdemingómez en Madrid, y Mataró y San Adrián en Barcelona.
Otra manera de extraer electricidad de los residuos urbanos consiste en utilizar con este fin el biogás que produce la descomposición de los residuos que han sido enterrados. La mayor planta de este tipo está instalada en Valdemingómez (Madrid).
De los residuos combustibles a la electricidad
Solución sostenibleMejorar la descontaminación de los gases de salida y el tratamiento de las cenizas.
Enlace de interésTxinzer. (Consorcio de gestión de residuos sólidos)
Información sobre la incineradora de Txingudi. (Guipúzcoa)