Complejas redes de camiones cisterna y trenes-tanque, tuberías, envasadoras de propano y butano, gasolineras y depósitos, aseguran la distribución de los combustibles derivados del petróleo por todo el país. Aunque el transporte por tubería tiene un papel en la distribución general de combustibles, la distribución fina necesita una enorme flota de vehículos.
A partir de las refinerías, una red de oleoductos se encarga de la distribución en grueso de la producción de combustibles, llevándolos a depósitos en las proximidades de puntos de consumo. La red de transporte por tubería alcanza en España una longitud de unos 4.000 kilómetros.
El ramal principal circula desde Cádiz a Barcelona, pasando por Madrid y Zaragoza. Es una herencia del oleoducto construído en los años 50 desde la base naval de Rota para abastecer las bases de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Morón, Torrejón y Zaragoza.
A partir de los depósitos, camiones cisterna distribuyen el combustible a las más de 8.600 gasolineras que existen en nuestro país. La red de distribución de gases licuados de petróleo es mucho más fina, pues tiene que abastecer puerta a puerta a unos dos millones de hogares. Para ello, se vale de una gran flota de vehículos de reparto.
Depósitos, oleoductos y camiones cisterna son una fuente potencial de riesgos. Algunos accidentes catástróficos han mostrado la necesidad de seguir mejorando la seguridad del transporte de combustibles.
Enlaces de interésCompañía Logística de Hidrocarburos. (CLH)
Transporte y almacenamiento de productos petrolíferos heredera de CAMPSA.
FEDGLP
Federación Española de Asociaciones Provinciales distribuidoras de gases licuados del petróleo.