En la cocina de una casa, el cuarto de calderas de un edificio o en los coches que pasan por la calle: seguro que alguien está quemando un combustible petrolífero cerca de donde estás. Los usos de los derivados del petróleo son variados: alimentan vehículos agrícolas, automóviles, aviones, calefacciones, fábricas, y en general gran parte de lo que se mueve en una ciudad.
El petróleo dejó de emplearse en masa para fabricar electricidad desde los años 80 del siglo pasado. Actualmente supone casi el 60% del total de consumo de energía final.
El combustible derivado del petróleo de más consumo es el gasóleo, con 33 millones de toneladas (Mtm) en 2004 (aproximadamente, la tercera parte del consumo total de energía final en España). De esta cifra la mayor parte corresponde al gasóleo A o de automovión, con 22 Mtm.
Le siguen el fuel oil (13 Mtms), los diferentes tipos de gasolinas (8 Mtm) y el queroseno (5 Mtm). Butano y propano, a pesar de ser utilizados por millones de hogares, solo suponen algo más de 2 Mtm.
De la refinería a la gasolinera
Solución sostenibleLa mayoría del consumo de combustibles derivados del petróleo se dirige a alimentar el movimiento de toda clase de vehículos, desde tractores a aviones, pasando por una flota de casi 20 millones de automóviles privados. Romper el estrecho lazo que une al transporte con el petróleo sería una contribución notable a la sostenibilidad.
Enlace de interésMundo Petróleo.
Información detallada acerca de las empresas de distribución de combustibles derivados del petróleo.