La última en importancia entre las energía primarias es también la que ha crecido con más rapidez en los últimos años, y tal vez la que ofrece perspectivas más prometedoras. Actualmente consumimos 20.000 veces más petróleo que energía solar fotovoltaica. Datos en Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo)
La energía solar fotovoltaica es el Santo Grial de las energías renovables: se puede instalar en cualquier parte, con el tamaño que deseemos, es completamente silenciosa, sin parte móviles que se puedan estropear, no emite ninguna clase de contaminantes y genera directamente electricidad para usar en lo que queramos. También es un tipo de energía muy descentralizado, a prueba de fallos catastróficos.
La electricidad fotovoltaica es una parte minúscula de nuestra cesta energética, pero su ritmo de crecimiento es espectacular.
Aprovechar directamente la electricidad fotovoltaica requiere un engorroso sistema de acumuladores. Por esta razón, la mayoría de las instalaciones recientes vuelcan la energía producida a la red general. Los paneles son todavía caros en términos de inversión por kilovatio hora producido. Pero el gasto se recupera con creces en los 20 o 30 años de vida útil de la instalación. Poco a poco, se van levantando lasĀ barreras al desarrollo de este tipo de energía.
En realidad, el principal freno a la expansión de la electricidad fotovoltaica es que la industria de fabricación de paneles no puede seguir el ritmo de demanda de los instaladores. Su crecimiento en los últimos años es el más rápido de todos los tipos de energía, pero hay que tener en cuenta que partimos prácticamente de cero.
Del sol a los paneles de silicio
Solución sostenibleLa contribución de la energía solar fotovoltaica debería multiplicarse en los próximos años. Para ello, es necesario diseñar paneles FV de más rendimiento y popularizarla entre los ciudadanos.
Enlace de interésPrograma de Energía Fotovoltaica de la Agencia Internacional de la Energía.
(En inglés)