De gran esperanza de suministro de energía abundante y barata a actividad de alto riesgo siempre bajo sospecha, la energía nuclear ha recorrido un largo camino envuelto siempre en la polémica. La energía nuclear es la cuarta en posición en la escala de energías primarias en España. Su importancia relativa decrece paulatinamente. Datos en Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo)
Es difícil resumir con brevedad los argumentos de detractores y partidarios de la energía nuclear. Los primeros aducen varias características negativas: potencial de riesgo catastrófico, excesiva centralización, cercanía a la industria militar de producción de armas atómicas y generación de residuos con una vida tóxica de millares de años.
La energía nuclear ha tenido un crecimiento muy rápido, hasta la moratoria de 1984. Luego la producción ha crecido paulatinamente.
Los partidarios insisten en que los elevados niveles de seguridad en todas las partes del ciclo nuclear reducen prácticamente a cero la posibilidad de un accidente catastrófico, al menos en los países occidentales. Han recibido un inesperado apoyo de las iniciativas internacionales de lucha contra el efecto invernadero, pues las centrales nucleares no lanzan CO2 a la atmósfera.
Lo cierto es que todos los países, España incluído, están iniciando un amplio debate acerca de los pros y los contras de la energía nuclear en el nuevo contexto creado por el protocolo de Kioto.
Del combustible nuclear hasta las centrales
Solución sostenibleLa energía nuclear no cumple los requisitos de la sostenibilidad, pues deja una pesada herencia de residuos radiactivos a las generaciones futuras. No obstante, es necesario convivir con ella mediante una mejora constante de los procedimientos de seguridad.
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