Actualmente en sexta posición, la energía hidráulica llegó a ocupar el segundo puesto en importancia tras el carbón hacia 1960. Menos del 2% del consumo total de energía primaria en 2004 correspondió a la hidroelectricidad. Pero esta cifra varía fuertemente año tras año, pues depende de las lluvias. Datos en Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo)
Las encuestas ciudadanas acerca de la energía muestran que muchas personas piensan que la hidroelectricidad es la primera o segunda fuente de energía en nuestro país. Fue así hace medio siglo, cuando la electrificación se hacía principalmente a base de centrales hidráulicas.
La línea de crecimiento de la hidroelectricidad se distingue de la de todas las demás energías por su acusado perfil en dientes de sierra, resultado de su dependencia de los avatares del clima.
A partir de los años 70, se comenzó a subvencionar alas centrales térmicas de petróleo y carbón para satisfacer la creciente demanda de electricidad. La hidroelectricidad retrocedió paulatinamente en importancia dentro de la cesta energética. El ritmo de construcción de embalses se hizo mucho más lento.
En los años 80 se intentó estimular la construcción de minicentrales, pequeñas instalaciones en el cauce de los ríos con mucho menor impacto que los enormes embalses. A pesar de algunos avances, no se espera un gran desarrollo de este tipo de energía en los próximos años.
De la lluvia al embalse hidroeléctrico
Solución sostenibleQuedan todavía recursos hidráulicos sin explotar, que podrían serlo en instalaciones con poco impacto sobre el paisaje.
Enlace de interésAsociación Internacional de Hidroelectricidad. (IHA)
(En inglés)