Octava fuente de energía primaria, la quema de residuos para obtener electricidad se enfrenta a una decidida oposición vecinal que hace incierto su futuro. La contribución de la energía obtenida a partir de los residuos es muy pequeña, y no ha crecido apenas en los últimos años. Datos en Mtep (millones de toneladas equivalentes de petróleo)
El proceso comienza tras pasar los residuos por lo común un proceso de recogida selectiva. Una fracción determinada compuesta por plásticos, madera, papel y cartón, restos vegetales, etc, en teoría no reciclable, pasa por un proceso de desecación para su conversión en material combustible.
Comienzos modestos, una época de rápido crecimiento y un futuro incierto definen la evolución de la energía producida quemando residuos urbanos.
La incineración de residuos se vio como un prometedor sistema para reducir el creciente problema de los residuos urbanos. El ejemplo de países europeos que someten a este tratamiento una fracción importante de sus residuos así parecía indicarlo.
Tras comenzar por pequeñas instalaciones, a lo largo de la década de los 90 del siglo pasado se plantearon varias grandes incineradoras ligadas a los sistema de procesado de residuos en ciudades de Madrid, Cataluña y el País Vasco. Pero el caso es que la incineración no parece encajar bien en una gestión sostenible de residuos, y es cada vez más impopular.
De la basura a la incineradora
Solución sostenibleEs necesario en principio mejorar la separación selectiva para reducir el porcentaje de residuos a incinerar. En un sistema realmente afinado de recogida selectiva y reciclaje, no quedaría mucho material para quemar. También es preciso mejorar la seguridad y prevenir la emisión de compuestos tóxicos en las instalaciones que ya funcionan.
Enlaces de interésConfederación europea de plantas de valorización energética.
(En inglés)