Los diez tipos que se describen aquí suponen entre todos prácticamente el 100% de la energía comercial que se consume en nuestro país. No se incluyen tipos muy localizados, como la energía geotérmica o la de las mareas.
La ilustración muestra los diez tipos de energía primaria con el mismo tamaño. Pero esta proporción no se mantiene si medimos la cantidad utilizada de cada uno de ellos. En España, la energía fósil y nuclear supone más del 90% de la cesta energética total.
Petróleo
El rey de la energía mundial, hasta el punto que nuestra época es llamada muchas veces “la era del petróleo”. Aunque tal vez no por mucho tiempo.
Gas natural
Menos contaminante que el petróleo y casi igual de versátil, la energía de elección en la ciudad para los próximos años.
Carbón
Pesado, engorroso y muy contaminante, la única ventaja del carbón era su abundancia y su bajo precio. Pero los impuestos sobre el carbono emitido a la atmósfera lo pueden convertir en una energía cara.
Nuclear
Hace dos décadas que la energía nuclear permanece en moratoria en muchos países del mundo. ¿Podrá el protocolo de Kioto insuflarle nueva vida?
Biomasa
La energía más antigua (leña) se convierte hoy en la más avanzada (biofuel).
Hidráulica
La llamada hulla blanca llegó casi al techo de sus posibilidades hace años, pero todavía es un contribuyente importante de la cesta energética.
Eólica
A punto de superar en producción a la hidráulica, la energía eólica se está mostrando como una seria opción de generación de electricidad.
Incineradoras de residuos urbanos
Despertaron gran interés hace años, pero el posible carácter tóxico de sus humos las mantiene bajo sospecha.
Solar térmica
La energía más ubicua y abundante, y una tecnología con variantes tan sencillas que cualquiera las puede instalar en su propia casa.
Solar fotovoltaica
La más sofisticada pero también la más simple: producción directa de electricidad a base de luz solar, mediante la magia del efecto fotovoltaico.
El consenso científico mundial es que el mundo debe orientarse hacia las energías renovables (y hacerse mucho más sostenible) lo antes posible. Y comienza a existir un consenso político en la misma dirección.