La energía afecta a todos los compartimentos del medio ambiente, desde la emisión de compuestos tóxicos a la atmósfera al ruido que generan las palas de los aerogeneradores.
¿Es necesario un mundo sucio y contaminado por culpa de la energía? La opinión pública exige con cada vez más fuerza un modelo energético limpio y sostenible.
Compuestos tóxicos
La única política posible con este tipo de sustancias venenosas es su erradicación definitiva.
Ruido
Un sorprendentemente nocivo subproducto de la energía, al que solo recientemente se empieza a prestar atención.
Impacto sobre las aguas
Las aguas son especialmente vulnerables a los vertidos de hidrocarburos.
Óxidos de nitrógeno
Un contaminante difícil de eliminar. Su presencia es un peligro principal en la atmósfera de nuestras ciudades.
Residuos radiactivos
Una herencia envenenada para las generaciones futuras… que durará miles de años.
Residuos
La minería energética produce enormes acumulaciones de residuos.
CO2
La concentración del dióxido de carbono en la atmósfera crece sin cesar. Las consecuencias pueden ser catastróficas.
Dióxido de azufre
Un contaminante clásico, ligado al empleo de combustibles de mala calidad. Su presencia ha disminuído mucho en las últimas décadas.
Humos (partículas en suspensión)
Desde las gruesas motas que manchan la ropa tendida a micropartículas potencialmente tóxicas.
Impacto sobre el paisaje
Es difícil encontrar un paisaje que no esté surcado por penachos de humo o líneas de transporte de energía.
Emplear los tipos de energía con un balance ambiental más favorable, y con una emisión cero de compuestos tóxicos.