Desde hace tal vez medio millón de años, los seres humanos hemos utilizado el fuego para mejorar el sabor de los alimentos. Tres maneras de economizar en la cocina:
- Aprovechar a fondo los alimentos, sin tirar nada.
- Emplear cocinas de gas, que pueden regular finamente la intensidad de calor y son rápidas para elevar la temperatura.
- Las ollas a presión ahorran mucho tiempo de cocinado.
La cocina ha sido tradicionalmente el más importante uso doméstico de la energía, junto con la calefacción. Ambos usos estaban unidos en las cocinas económicas, que había en muchas viviendas hasta hace pocas décadas.
Hoy supone un porcentaje pequeño del gasto energético de los hogares, aproximadamente un 10%, y en descenso. La energía que utilizan es principalmente butano, gas natural y electricidad.
Las cocinas eléctricas no son una buena opción por el poco rendimiento de la conversión de energía térmica en electricidad y luego en energía térmica otra vez. Si no hay más remedio que usarlas, hay que recordar aprovechar el calor remanente de las placas.
Las cocinas solares son una manera curiosa de mostrar la fuerza del sol. Se pueden fabricar con cartón y papel de aluminio y funcionan sin gastar una gota de energía comercial. Consisten en una superficie parabólica cubierta de material reflectante. La cazuela se coloca en el foco… y funciona.
- Reducir el uso de electricidad para cocinar.
Enlace de interésSolar Cooking.
Interesante web acerca de las cocinas solares, su construcción y sus aplicaciones.