La energía se puede definir como la capacidad de llevar a cabo un trabajo, desde mover un tren a enfriar alimentos en un frigorífico.
En realidad, no necesitamos “energía”, sino el trabajo que nos presta. Y podemos obtener mayores prestaciones con un consumo mucho más reducido de energía.
Los usos de la energía comercial son tan variados como las actividades humanas. Aquí usamos una clasificación que muestra con mayor detalle el consumo en el sector residencial.
Resulta difícil imaginar nuestra vida cotidiana sin disponer de energía comercial. Pero ahora es necesario hacer caminar nuestra pauta de consumo de energía hacia la sostenibilidad.
Energía para la industria
La industria tiene grandes posibilidades de mejorar su eficiencia en el consumo de energía.
Energía para el transporte por carretera
La movilidad, tanto de personas como de mercancías, no cesa de crecer.
Energía para el ferrocarril
El ferrocarril está revelando un gran potencial como el medio de transporte más sostenible.
Energía para los barcos
La marina mercante es poco conocida, pero resulta vital para la economía mundial.
Energía para el transporte aéreo
Los nuevos aviones son cada vez más eficientes, pero el camino hacia una aviación sostenible está apenas esbozado.
Energía para el coche
Un gran quebradero de cabeza para el transporte sostenible: millones de vehículos quemando combustible petrolífero.
Energía para la climatización
La demanda de energía para refrigeración en verano rivaliza ya con el calor en invierno.
Energía para el agua caliente
El agua caliente sanitaria es un equipamiento fundamental para la salud pública.
Energía para el frigorífico
La cadena de frío comercial llega a todos los hogares gracias a frigoríficos y congeladores.
Energía para el televisor
La transmisión de información y entretenimiento es un uso muy adecuado para la electricidad.
Energía para la lavadora
La lavadora es una máquina fundamental para reducir la carga de trabajo doméstico.
Energía para el lavavajillas
Un aparato no tan imprescindible como la lavadora, pero cuyo uso se extiende.
Energía para pequeños aparatos
La mayoría de los PAE (pequeños aparatos eléctricos) terminan guardados en el armario de la cocina tras un primer y único uso.
Energía para la cocina
El uso más antiguo de la energía, pierde posiciones frente a otras necesidades más modernas, como la televisión.
Energía para iluminación
El consumo de energía en iluminación puede bajar gracias a las lámparas economizadoras, pero también subir por la proliferación de luminarias.
Energía para oficinas y comercios
La ofimática proporciona soluciones ahorradoras de energía para las oficinas.
Energía para la agricultura
La agricultura moderna no está basada ya en la fuerza del sol, sino en el poder del petróleo.
Adecuar cada uso con su tipo de energía más adecuado. Por ejemplo, no se debería usar electricidad (generada en buena parte a base de quemar carbón) para calefacción, agua caliente o cocinas.
Popularizar tecnologías y procedimientos de eficiencia energética, como los aislamientos o la cogeneración.